Del mundo de los muros a los muros del mundo.


DANIEL VIDART

Dos tipos de muros separan a los integrantes del género humano: los invisibles y los visibles. Los primeros son los de la incomunicación personal y la distancia social. Ellos afectan el diálogo entre el yo y el tú, entre el nosotros y los otros, entre los fieles bendecidos por Dios y los infieles poseídos por el demonio, entre los poderosos y los débiles.

El etnocentrismo, el racismo, el nacionalismo, la clase y la casta, entre los muchos obstáculos que impiden el entendimiento de los hombres y los pueblos, han sembrado desconfianzas, temores, prejuicios afectivos, estereotipos cognitivos y trágicos desencuentros a lo largo de la historia.

Otros muros corroboran con obstáculos, perceptibles o no, el agresivo enfrentamiento de las conciencias y las culturas. Dichas defensas cierran el paso, clausuran la circulación, detienen los avances del intruso, frenan al ladrón o al asesino, disuaden a los merodeadores de fronteras, contienen la arremetida de los ejércitos enemigos. También hay muros que impiden a los de “adentro” escapar al “afuera”. Protegen y a la vez aprisionan.

La Muralla China en el Asia, la de Adriano en Inglaterra, las de Roma, Bizancio, Avila, Carcasona y los castillos medievales, dan cuenta de los millares de ingenios que se alzaron para no ser franqueados y que tantas veces fueron vencidos. Y ni que hablar de la Línea Maginot o la Sigfrid, que los franceses y alemanes tendieron antes de iniciar la Segunda Guerra Mundial. O del tan controvertido Muro de Berlín, ya destruido junto con sus violencias, sus duelos y sus símbolos.

Pero este no es el tema que hoy me convoca. Quiero referirme a los muros de nuestro tiempo que, para bien de unos y para mal de otros, se yerguen en el Viejo y en el Nuevo Mundo. Hay muchos más de los que se suponen. Los intereses políticos, las motivaciones religiosas y las pasiones sectarias iluminan con vivas luces aquellos que se consideran como resguardo de las vidas o como ofensas a la libertad. Los iré enumerando por continentes.

América.

Estados Unidos- México.
Para evitar el ingreso de inmigrantes ilegales, en 1994 se inició la construcción de una barrera metálica. Esta, que llega a los 5 mts. de altura, se tiende 1.100 km. sobre una frontera de más de 3.000. Está complementado por un “muro virtual” cuyo equipo comprende rayos infrarrojos, sensores de superficie, radares y torres de control.
Rio de Janeiro. Temeroso del “enemigo interno” que amenaza la seguridad urbana el gobierno estadual levanta desde marzo del 2009 varios muros que cercarán las 13 favelas más conflictivas. Se extenderán por varios km. , tal vez más de 20.

Europa.

Irlanda del Norte.
Llevan cuatro decenios los Peace Lines que en Derry, Belfast y otras ciudades separan a los católicos de los protestantes, ambos en pie de guerra. Algunos tienen 5 km. de largo. En el 2008 se construyó el último, ¡en el patio de recreo de una escuela!

África.

Sáhara Occidental.
Para defenderse de los ataques del Frente Polisario, impedir el regreso de los refugiados sarahuis y resguardar los yacimientos de fosfato, Marruecos inició en 1980 la construcción de ocho muros que hoy llegan a los 2.800 km. de extensión.
Egipto.
Una alambrada sobre el paso de Rafah, separando la islámica Franja de Gaza de Egipto, país musulmán – “los hermanos en religión sean unidos”, predicó Muhammad- , fue tendida a partir 1979, fecha del tratado entre el cuarto creciente de la luna musulmana y la estrella judía de David. Ningún seguidos de Noam Chomsky ha censurado, que yo sepa, este bloqueo egipcio, tan asfixiante como el israelí. Hoy ha sido reforzado por una barrera metálica subterránea para cerrarle el paso a los contrabandistas que pululan por cientos de túneles subterráneos, y también, cosa poco o nada comentada, para gasearlos y ahogarlos con agua, que ahora, según declaración de los ingenieros egipcios, será bombeada desde el Mediterráneo. La salada cuesta menos que la dulce.

Colonias españolas.
Allá por los años 90, para evitar la emigración de los “indeseables” marroquíes y subsaharianos, la España colonialista tendió 20 km. de alambradas de púa en sus posesiones de Ceuta y Melilla. Fueron burladas miles de veces por empeñosos emigrantes que mueren ahogados al zozobrar las pateras.(“Mamadou va a morir” se titula un patético libro escrito por el italiano Gabriele del Grande. Ediciones de Oriente y del Mediterráneo, 2009) Vale la pena efectuar una doble lectura de este documento.¿Quién sufraga los astronómicos gastos de viaje que cobran los intermediarios para trasladar a la islámica gente subsahariana , sumida en la miseria, a las costas españolas e italianas?

Botswana.
Este próspero país, pretextando detener el ganado con aftosa que venía de Zimbabwe, levantó una cerca de alambre de púa de casi tres metros de altura y 600 km. de largo No es continua pues está atravesada por varios ríos. Y, sobre todo, al no ser vigilada, la cruzan una y otra vez los inmigrantes que en busca de trabajo escapan de la miseria instalada en el otrora esplendoroso imperio de los Monomatapa, que así escribían los portugueses en vez de Mwene-Matapa, el nombre de la dinastía alli reinante siglos atrás.

Asia.

Anteriormente me referí a los muros Israel-Cisjordania, India – Pakistán, India-Bangladesh, India-Cachemira. El compartido objetivo de estas barreras, de las cuales solo se condena la levantada por Israel, es evitar el ingreso de terroristas islámicos. Generalmente, olvidando el no desdeñable detalle de una religión que fabrica “mártires” y “novias de Alá”, se menciona el mortífero oficio de los Talibanes y Al Quaeda, (“La Base”) creada por el millonario Osama Ben Laden, un talentoso dirigente adiestrado por la CIA – cuando EE.UU. quería detener la invasión soviética - que nada tiene que ver con los palestinos pobres salvo el compartido credo islámico. Hoy, el antiguo combatiente contra los rusos que ocupaban Afganistán, es el mortal enemigo de los EE.UU. y el mundo capitalista de Occidente. Esperemos futuros y sangrientos atentados que, en el remoto caso de ser citados solo serán descriptos, sin censura y sin remitirse a su raíz islámica, por los portadores de ese virus irracional que hoy carcome el acervo ideológico de quienes, esgrimiendo las falsas credenciales de una “izquierda” infalible, traicionan el espíritu del socialismo humanista y humanizador tal cual lo soñara el joven Marx en los Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844.

Arabia Saudita.
Vale la pena destacar la existencia- cuidadosamente escondida por quienes denuncias el israelí “Muro de la Vergüenza”- de los muros levantados por Arabia Saudita, cuyos dignatarios viven una existencia fastuosa, al margen de la temperancia y modestia predicadas por Muhammad, quien colocaba a los valores morales por encima de los bienes materiales. Esos muros la separan de Irak ( 800 km.) y Yemen (1.500 km.). ¡ Cuidado! ¡Que los terroristas foráneos no turben la esplendidez de los bacanales de los señores, que no roben sus automóviles, que no codicien sus mujeres, que no jodan, en suma!1 Ello no impide - a Dios rogando y con el mazo dando- que Arabia Saudita y otros fastuosos emiratos árabes sufraguen bajo cuerdas a los “mártires” de afuera, aquellas bombas humanas que despedazaron a miles de judíos del odiado Israel y seguirán masacrando a los “perros infieles” de Occidente. Los amos del petróleo nada quieren saber con los indeseables kamikazes de los paises islámicos vecinos que envidian y codician su riqueza. Tampoco quieren abrir las puertas a los palestinos del Levante, ofreciéndoles alimento, cobijo y trabajo. Los apoyan, los aplauden, los encomian, pero no los reciben. Les cae, como anillo al dedo, el conocido dicho italiano: fratelli in pulpito ma no in frittata.

Irak.
Pasemos lista a las otras barreras, que son más de las imaginadas. En Bagdad, cercando el exclusivo distrito de Adhamiya, el ejército de ocupación de los EE.UU. construyó una barrera de casi 4 mt.de altura y 5 km. de perímetro.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, luego de la Guerra del Golfo, ordenó levantar un muro de arena coronado por alambradas de púas electrificadas y flanqueado por anchos y profundos zanjones. Su cordón de 200 km. separa los musulmanes de Irak de los musulmanes de Kuwait.

Irán.
Un paquidérmico murallón de cemento de un metro de espesor y 3 de alto es construido por Irán, que nada quiere saber con Pakistán, su vecino islámico. Conmueven, por cierto, estas fraternales desconfianzas entre correligionarios. La voz correligionarios, en su sentido literal, designa a quienes profesan una misma religión. Lo aclaro por las dudas…

Uzbekistán.
Tambien esta ex - república soviética desconfía de sus vecinos. A los de Afganistán los mantienen a raya con una apretada ristra de minas y una alambrada poderosamente electrificada. Y a los de Kirguistán le opone una espesa urdimbre de púas, que desgarran hasta el hueso. Todo un idilio fronterizo.

Chipre.
Salgamos del corazón de Eurasia y volemos a las islas. He aquí entonces la de Chipre, teatro de querellas étnicas, políticas y religiosas entabladas entre los turcos musulmanes, que ocupan la porción septentrional, y los cristianos ortodoxos griegos, que se sitúan en la meridional. Intervinieron las Naciones Unidas, por esta vez acatadas, para atravesar el centro de Nicosia, la capital, con la Línea Verde. Pero esta es una delicada expresión metafórica. Lo que por allí pasa es un erizado cerco de alambre que desborda el área urbana y se extiende 180 km. para evitar el choque entre el Islam agresivo, y la cristiandad. En un pasado cercano hubo serios enfrentamientos entre ambos medios mundos chipriotas. Dos tercios de la isla euroasiática son griegos y están incorporados a la Unión Europea. El restante fue ocupado en el 1974 por Turquía, la que fundó alli la República Turca del Norte.

Las dos Coreas.
Regresemos al Oriente lejano. Tenemos allí, separando a Corea del Norte de Corea del Sur, luego de una guerra que derrotó y humilló a los EE.UU., una zona desmilitarizada de 4 km. de anchura y 240 km. de largo que, a partir del 1953, se extiende de mar a mar sobre del paralelo 38. Las hostilidades, técnicamente hablando, no han cesado entre el Norte comunista, ¿potencia atómica?, y el sur sometido a un régimen autoritario hasta 1987, año en que se organizó una democracia fuertemente industrializada de corte capitalista, apoyada por los EE.UU. , policías del mundo.

Este es, en resumen, el escenario actual, donde los muros de la exclusión, el temor y la desconfianza seguirán extendiendo su red gigantesca. Hay muros tremendamente cuestionados, como el del sur de los EE.U.U, levantado para frenar a los inmigrantes mexicanos, que igualmente se aventuran a escalarlo, pese a la férrea vigilancia de los rinches ( rangers).

El otro es el construido por Israel, en la frontera que lo separa de Cisjordania. Es “El Muro de la Vergüenza”, como se ha expresado con insistencia colérica, pero los atentados terroristas disminuyeron en un porcentaje impresionante. Quienes desde afuera censuran este muro han rechazado y denunciado una y cien veces, a todo pecho, la “prepotencia” judía”. De acuerdo, pero a estos señores sin duda no le hicieron volar la cabeza a su esposa en el mercado, ni le destriparon un hijo en el ómnibus, ni un grupo de amigos, con los cuales semana a semana bebía unas copas, fue reventado, junto con toda su parentela por un “mártir” deseoso de ascender al Paraíso.

Voy a terminar la nota transcribiendo un fragmento de un libro de S.Harris, un renombrado crítico, no judío, del fundamentalismo religioso. “La mayoría de los musulmanes que han cometido atrocidades son explícitos en su deseo de ir al Paraíso. Un palestino que falló en su intento de ser una bomba humana afirmaba verse empujado a atacar israelíes por ´amor al martirio`. Y añadió,´No quiero vengarme de nada. Solo quiero ser mártir` [….] Respecto al sufrimiento que su muerte habría infligido a su familia, recordó a su entrevistador [un periodista del New York Times, en nota aparecida el 8 de junio del 2002] que un mártir puede elegir a setenta personas para que lo acompañen al Paraíso. Se aseguraría que su familia lo acompañase” (El fin de la fe. Religión, terror, y el futuro de la razón. Paradigma, Madrid, 2007, p.31) ¿Es ésta la declaración de un hombre del siglo XXI o la de un anacrónico pastor neolítico de la estirpe de Caín? ¿Qué nos promete este tipo de mentalidad, acrecentada por el lavado de las mentes infantiles en las madrasas?¿ Está ya en marcha la Eurabia que denuncian los españoles, franceses, holandeses y alemanes? Muchas de las respuestas son aterradoras. Pero la historia futura no puede pronosticarse. Hay que hacerla y sufrirla, al tiempo que la oscura mano de Clío, en un perpetuo juego de lanzadera, moldeará la conciencia y la praxis de los hombres que vendrán, si antes no los achicharra una bomba atómica o los congela el invierno nuclear.
Muros cuestionados, muros ignorados, muros silenciados.

Egipto está construyendo un muro subterráneo para impedir el paso de los palestinos que, mediante centenares de túneles, cruzan desde la Franja de Gaza hasta su territorio. Datos no desmentidos informan que tendrá hasta treinta metros de profundidad y una extensión de alrededor de 10 km. No es de cemento sino de metal, y muy resistente, al punto de ser considerado invencible. Los ingenieros egipcios afirman que tolera cualquier tipo de agresión, pues sus materiales no podrán ser fundidos con sopletes o vulnerados con explosivos. Una carretera, colmada de vigilantes, correrá paralela a este obstáculo “insalvable”, aunque,¡si señor! ya ha sido perforado como cuentan las últimas noticias, a las que debo pescar con red de arrastre porque en estos pagos no funcionan los calderines.

En el paso de Rafah ya se había construido una barrera acordada por Israel y Egipto a partir del Tratado de Paz del año 1979. No sirvió para nada. Desde la Franja de Gaza, donde se concentran, apiñados y maltratados, un millón y medio de palestinos, se excavaron túneles para pasar alimentos, artículos suntuarios y armas. El contrabando terrestre fue sustituido por el que opera bajo tierra y el bagayero del desierto por el topo humano. Datos fidedignos proporcionados por periodistas de los principales diarios europeos que – lamentablemente- no circulan en nuestro país, informan, unos con el debido dramatismo y otros con una frivolidad que subleva, acerca de los traficantes, contrabandistas y beduinos que se valen de increíbles subterfugios para obtener enormes ganancias, al par que, como con desgana, dan cuenta de los palestinos asesinados en ellos por los egipcios. Los productos introducidos no colman las necesidades de los pobladores hambrientos sino todo lo contrario: engordan la fortuna de los matarifes del Hamás, los señores de horca y cuchilla que imperan en la Franja de Gaza. Que por otra parte, a la brava, dieron de baja a muchos miembros del también islámico Al Fatah y a los sobrevivientes los sacaron a puntapiés hacia sus cuarteles cisjordanos. Este peliagudo asunto no se comenta. Se descuenta, si, que los palestinos están unidos, fraternalmente, como un San Jorge musulmán, para combatir contra el dragón de dos cabezas, la una estadounidense y la otra israelí, que procura devorarlos.
En resumen, dicho estado de guerra intestina no ha interesado a quienes criticaron duramente el muro entre Israel y Cisjordania. Este ominoso artefacto se adentra, con abuso y soberbia, hasta 25 km. en el 10% de la superficie de este país, dizque para proteger a los asentamientos israelíes. Hay tierras de labor, acuíferos y zonas geoestratégicas que Israel, atacado y atacante, procura retener.

De idéntico modo ¿por que se silencian los asesinatos de los genocidas islámicos de Egipto que con gas y con agua matan alevosamente a los excavadores y contrabandistas (según ciertas opiniones) o heroicos patriotas palestinos (según otros pareceres) que transitan por una red de túneles que alcanzó la cifra de 3.000 antes de que fueran bombardeados en el conflicto de los años 2008-2009 por la aviación israelí, en connivencia con Egipto? Una fuente no identificada de la Inteligencia de ese país declaró a medios de información, acá desconocidos o silenciados, que se colocarán “sensores y mangueras a presión para inundar los túneles con agua de mar”. Ciencia mediante, se abandona el gaseo y bombeo artesanales por un tipo mas sofisticado de asfixia colectiva. Sorprendentemente, repito, no he leído ninguna denuncia al rojo vivo en la prensa montevideana acerca de estos crímenes de lesa humanidad. No se alzó, censurando estos atentados, el coro de voces coléricas que repudiaron las muertes infligidas por la prepotencia y torpeza israelíes en la notoria provocación de la “Flotilla de la Libertad”. Es condenable en todo sentido la muerte de 9 o más activistas turcos, pero, y a la vista está, pesan mucho más que los trescientos palestinos, si no más, ahogados como ratas en las galerías del contrabando.

Cuando la pasión obnubila la razón, el fanatismo insulta y la ignorancia se convierte en insolencia - los vaciaderos de esas suciedades proliferan en Internet- se produce una extraña discriminación en el magín de ciertos periodistas que infectan los Mass media. Se lamentan los muertos de primera y se callan los muertos de cuarta: unos, los turcos de la Flotilla de la Libertad, son estruendosa “noticia”, y los otros, los palestinos asfixiados por sus “hermanos” musulmanes de Egipto, solo valen como alimento para los gusanos.

En este momento ya hay 8.000 km. de muros y murallones construidos en el mundo, los que llegarán a los casi 20.000 km. al finalizar las obras en marcha.

Y aquí va una pregunta nada capciosa: ¿ocultan o ignoran estos pretendidos defensores del Islam pobre y desamparado que la también islámica y floreciente Arabia Saudita ya ha tendido buena parte de los cientos de km. de un muro que costará 3.000 millones de dólares para que los potenciales “mártires” islámicos del Yemen “no cometan actos terroristas”? Y de igual manera ¿no están enterados de que, para proteger su territorio de los atentados de los musulmanes fundamentalistas de Pakistán , Bangladesh y Cachemira, la India brahmánica ha iniciado la construcción de alambradas y muros que se extienden por miles de kilómetros? ¿Los pueblos islámicos de Arabia y el Oriente indostánico valen menos que los musulmanes turcos y palestinos del Levante, o todos están por igual sometidos a la grandeza y misericordia de Alá y amparados por idénticos derechos humanos, aunque aquellos, los alejados del foco “epidémico” israelí, son ominosamente ignorados por los comunicadores “progresistas” que florecen en el periodismo occidental ?

A los que poco o nada saben del Corán ( al Qu´ram, “La lectura”), el libro sagrado que dictara Alá al ángel Yabril y este trasmitiera a Muhammad ( “Mahoma” en berberisco y “Mahomet” en turco), e ignoran que son y representan la sharia (“ley islámica”), la escuela llamada al madrasa , las motivaciones teológicas de los “mártires”( bâhid ) y el santuario montañés de los talibanes (plural de talib, de la voz telebeth, que en la lengua dari o persa-afgano significa “buscador de la verdad”, y no “estudiante”), se les debe advertir que Islam, en árabe, equivale a “sumisión total (a la voluntad de Alá)” y musulmán o muslim, a “creyente”. Conviene, para evitar confusiones o tergiversaciones, aclarar el sentido de estos términos, utilizados frecuentemente en las notas periodísticas, disertaciones radiales y mesas redondas que se realizan en nuestros días acerca del conflicto sangriento entre el Estado de Israel y los árabes que se denominan palestinos a partir del año 1967. Sigo en una próxima nota con la enumeración, descripción y evaluación de los muros existentes en el mundo.