¿ COMO CONSTRUIR POLITICAS PUBLICAS ?. Gustavo Dans



Lic. GUSTAVO D. DANS


El último informe de UNICEF y un artículo reciente de la Maestra yPsicóloga Social, Daisy Tourné, dejan al descubierto las dimensiones del drama social que vivimos y muy especialmente, la exclusión social que afecta a un altísimo porcentaje de nuestros niños y jóvenes.

Ante este cuadro social de necesidades el Estado ha respondido con políticas sociales asistenciales, focalizadas, de corto alcance. Mientras la sociedad civil, expresada por un conjunto heterogéneo de actores, oscila entre asumirse como colaborador pasivo de los programas estatales o proyectarse como un actor autónomo, que negocia con el Estado y participa de la elaboración y ejecución de las políticas sociales.

El punto de partida para diseñar políticas públicas es romper con la visión que tenemos del pobre y de la pobreza. “En nuestras sociedades existe un estigma sobre la pobreza y el pobre es tratado
como un ser inferior al cual las instituciones públicas, religiosas y de la sociedad civil creen su deber tutelar. El pobre es un objeto sobre el cual se actúa y experimenta; en algunas ocasiones se escribe y siempre se representa” * Para combatir la pobreza es necesario partir de la idea de que el pobre es un sujeto de derecho. En segundo lugar, que los pobres tengan poder. Y para acumular poder tienen que desarrollar sus organizaciones, sus propias formas de trabajo y ser autónomos. Esto es, estar en capacidad de negociar con otros desde sus intereses. La tarea no es por cierto sencilla porque en general los otros actores sociales se encargan de desalentar estos procesos.

La idea de reducir la participación social a los asuntos prácticos (colaborar, participar en algunas tareas, opinar sobre asuntos secundarios) o querer encasillarla en un orden funcional a las
instituciones (imponiendo procedimientos administrativos – burocráticos ajenos a la cultura popular) no hace sino garantizar el fracaso relativo de las políticas sociales. En todo caso, seguramente no van a poder ser sostenidas en el tiempo, porque el soporte de toda estrategia de lucha contra la pobreza es la organización social y no los recursos que el Estado pueda estar en capacidad de disponer para los programas.

En segundo lugar, tenemos que admitir que las dificultades para descifrar las nuevas realidades sociales no son pocas y muy probablemente nos vamos a ver en la necesidad de construir
nuevos recursos institucionales, nuevos espacios de diálogo y de reflexión entre la sociedad civil y el Estado, nuevas categorías de análisis y nuevos métodos de trabajo social si queremos entender
cabalmente qué ocurrió que hemos ido pasando de una sociedad relativamente homogénea a esta otra que está alcanzando grados de heterogeneidad inéditos, y también qué nos está pasando.

La prioridad va a la construcción de nuevos recursos institucionales y de espacios de diálogo y negociación entre las expresiones de la sociedad civil y el Estado. “Es ilusorio pensar que vamos a tener éxito delegando una tarea de esta importancia en estructuras burocráticas y centralizadas, en manos de funcionarios y de técnicos con concepciones y métodos de trabajo social arcaicos,
que no escuchan, no ven, o peor aún, creen saber qué hacer siempre”

Las instituciones públicas del área social deben ser herramientas dúctiles, maleables, descentralizadas, que actúen como articuladoras de la acción comunitaria y social. Esto es,
exactamente lo contrario de aquello que tenemos.

El diseño de las políticas sociales debe hacerse desde las unidades sociales organizadas más pequeñas, en los barrios y parajes, trepar por los espacios departamentales y micro regionales hasta llegar a lo nacional y allí encontrarse con una instancia institucionalizada de consulta y negociación. Mientras los organismos especializados, los partidos políticos, los técnicos y los profesionales, aportan el rigor técnico y científico necesario a la calidad del diseño de las políticas
sociales, las organizaciones de la sociedad civil contribuyen con su conocimiento de la realidad concreta y con su responsabilidad social en la ejecución de las mismas.

Las políticas públicas vigentes en nuestro país en los últimos años han marcado el retiro del Estado, de algunas de sus funciones básicas y la transferencia caótica y desordenada de las mismas hacia la sociedad civil. El retiro del Estado ha generado espacios de poder que hasta el momento han sido utilizados por las instituciones para asegurar su reproducción (licuando los contenidos, despolitizando, favoreciendo las formas no políticas de participación de los pobres) Es tiempo que esos espacios sean recuperados por la organización popular y que desde ellos nos
vengan ideas, demandas y propuestas con calor humano.